Ducati tenía esta carrera grabada a fuego. Desde los test de semanas atrás, Luigi Dall’Igna tenía claro que el Gran Premio de Austria era el lugar elegido para que Ducati volviese a lo más alto del pódium, y así fue y, además, por partida doble.

Andrea Iannone y Andrea Dovizioso consiguieron las dos primeras posiciones en el Red Bull Ring. Salvo un breve paso de Rossi por la primera posición, antes de salirse un pelín recto y asumir el cuarto lugar hasta el final de la carrera, una moto roja lideró la prueba desde la misma salida, esa en la que cinco pilotos se saltaron y fueron sancionados. Crutchlow, Hernández, Bradl, y Bautista cumplieron con el ride through, no así Barberá, que al no hacer caso de las indicaciones, fue expulsado de la prueba.

Las Ducati mandaban y las Yamaha luchaban por mantenerse a su altura, con un Lorenzo mucho más inspirado que durante las últimas carreras manteniendo a raya a Valentino Rossi. Con el paso de las vueltas, finalmente las dos Ducati abrieron hueco y, entre ellas, Iannone superó a Dovizioso para liderar los giros finales y conseguir su primera victoria en el Mundial de MotoGp, justo en su último año en la marca italiana, que dejará a final de temporada para poner rumbo a Ducati mientras Lorenzo, tercero en meta, asuma su puesto en el equipo.

Marc Márquez comprendió pronto que esta no era su carrera, por prestaciones y por su estado físico, y logró un buen quinto puesto, que le permite seguir liderando con holgura la clasificación general. El catalán aguantó con Viñales a su rueda, mientras Pedrosa, beneficiado por las sanciones, logró entrar séptimo, pero lejos de los de delante.

Esta victoria de Iannone es la primera de la fábrica desde que lo hiciera Stoner en 2010, en Australia y, a su vez, el primer doblete desde 2007 (también en Phillip Island), cuando el propio Stoner y Capirossi lograron las dos primeras posiciones.