Nueve años, tres títulos mundiales, más de cuarenta victorias y casi cien pódium (hasta hoy) después, el Campeón del Mundo de MotoGp, Jorge Lorenzo abandona Yamaha para fichar por Ducati al término de la temporada.

Un comunicado de Yamaha anunciado la separación y agradeciendo los servicios prestados, y otro de Ducati confirmado su fichaje para las dos próximas temporadas, daban carpetazo al rumor que tenía en vilo al mundo del motociclismo desde el inicio de la presente campaña. Sin más detalles. La Gazzetta dello Sport cifra en 25 millones de euros la cantidad que percibirá Lorenzo.

Lin Jarvis, responsable de competición de Yamaha, manifestó recientemente que, en el caso de que Lorenzo abandonase la marca, el trato que recibirá durante el resto de la temporada no cambiará.

El piloto, por su parte, tampoco se ha manifestado públicamente, y su último tuit (consultado a las 17:00h) lo escribió durante la jornada de ayer para felicitar a su paisano Rafa Nadal tras su victoria en Montecarlo.

El fichaje del mallorquín por la marca italiana supone el mayor movimiento en la parrilla desde que Rossi abandonase Honda para fichar por, precisamente, Yamaha allá por 2004, y revoluciona la composición de los boxes de cara al próximo año. El hecho de haber ganado tres títulos mundiales y ser el vigente Campeón del Mundo, otorgan más valor, en mi opinión, a la apuesta del mallorquín que a otras más recientes, como el paso de Stoner desde Ducati a Honda, o el del propio Rossi a la marca italiana en 2011.

Aún resta por saber como afectará a las alineaciones de las distintas escuderías. En Yamaha queda un hueco libre para acompañar a Valentino Rossi (los rumores apuntan hacia Maverick Viñales), y en Ducati uno de sus dos pilotos (Dovizioso o Iannone) deberán abandonar el equipo.