Electricidad y estática: el único Mapping del GP de Alemania
Mapping 15: Quién iba a decir que en 2019 iba a comenzar unos Suggested Mappings hablando de Sete Gibernau, el hombre que con sus duelos al sol con Valentino Rossi me devolvió el veneno de los Grandes Premios. Un Sete que ha querido estar presente en la primera edición de la Copa Mundial de MotoE colándose en el top ten de la primera carrera que por cierto, ganó Niki Tuuli, uno de esos talentos salvajes que aparecieron por el mundial de SSP y que la mala gestión deportiva ha llevado hasta esta singular competición, algo que, de seguir así, acabaremos viendo en la figura de Jaume Masiá, en mi opinión claro, como en su equipo o entorno no vean la luz pronto y se dediquen a competir en Moto3. Volviendo al comienzo de MotoE, las primeras andaduras de la Copa han nacido entre vítores y salvas que califican las seis vueltas (ahí es nada, seis vueltas) que vimos en Sachsenring como la llegada del futuro, el espectáculo y bla bla bla bla de todos esos medios y periodistas que se están especializando en dorarle la píldora a cualquier cosa que nazca de las oficinas que dirige Manel Arroyo reconvertiéndose por cierto, en comerciales de Dorna por las redes y medios que se empeñan en vendernos, por ejemplo, una MotoE que de pionera tiene bastante poco, ya que ya existió un Campeonato Mundial FIM de motos eléctricas con varios constructores participando con auténticos prototipos pero que, por desgracia para aquellos valientes enamorados de la ingeniería y del futuro en realidad, un Campeonato que nació sin patrocinio ni una marca interesada en vender un modelo específico de motocicleta en Europa, y sobre todo, un Campeonato que no se negoció en las oficinas de Manel Arroyo.
Así, de aquella iniciativa olvidada, y lo que es peor, negada y enterrada (como el TTIOM eléctrico), llega una maniobra publicitaria disfrazada de competición en el que el menor de los problemas es que si las motos hacen ruido o no, el problema es que NO son motos de competición, el problema es que está poblada de pilotos retirados (salvo Tuuli, Raffin, María «no me entero» Herrera o Garzó), el problema es que es una competición que limita lo que un piloto puede ofrecer en pista porque la moto NO admite una capacidad de settings dignos para cada piloto, el problema es que si un tío se cae se revienta un airfence poniendo en peligro el resto de la competición, el problema es que no hay competición técnica, el problema es que me quieren vender como el futuro una lícita maniobra publicitaria de Energica y Enel que no va mucho más allá que aquella Ducati Biposto en la que Randy Mamola daba vueltas a VIPs varios. Así que de momento es algo que tiene más pasado que futuro real, por la total desimplicación de los grandes constructores de motos y bueno, porque en el Mundial lo del medio ambiente es algo que no se tiene en cuenta, puesto que los depósitos de MotoGP, limitados a 20 litros hace unos pocos añitos, pasaron a ser de 22 litros para, el pasado año, limitar las vueltas de los circuitos de mayor consumo habilitando a las marcas a aumentar aún más el consumo de sus motos de sucia y ruidosa explosión, no como las exitosas MotoE de las que, por favor, no intenten vendérmelas como un éxito, como el futuro que NO son porque NO son una competición. Que llevo fatal que intenten convencerme de que no veo lo que veo, de verdad. Y si uno cree que MotoE es una mierda, pues que lo diga en vez de callarselo y callarlo.
¿Y por qué hablar de Sete para terminar repartiendo como he terminado? Básicamente para poder pasar de la electricidad a la estática, porque yo de quien quería hablar es de Andrea Dovizioso. Un piloto al que le encuentro en su trayectoria de los últimos años una analogía repentinamente asombrosa con el canto del cisne que precisamente Sete sufrió en MotoGP, pasando de luchar inesperadamente contra Rossi por el Mundial a verse superado por un incómodo compañero de equipo como fue Marco Melandri que le terminara enseñando la salida del Gresini Racing en busca de otro estímulo para seguir compitiendo.
Lo que no termino de encontrar cual es el estímulo que pueda tener Andrea Dovizioso fuera de Ducati, ni qué estímulo podría tener otra fábrica que no sea Ducati podría tener en contar con Dovizioso en sus filas. Un piloto que en los últimos años ha sido superado y puesto en duda sistemáticamente por sus compañeros de equipo (recordemos la margarita que Ducati estuvo deshojando entre Iannone y Dovi, recordemos la división que produjo la salida de Lorenzo en Ducati, recordemos como en Ducati le pedían a Lorenzo que dejara ganar a Dovizioso… y ni por esas). A día de hoy a Dovizioso le debe parecer más díficil que nunca no ya luchar por el título sino terminar el año como la primera Ducati y parece que ha llegado la hora de buscar culpables: y para Dovizioso el culpable es la moto, pasando de trazar un plan de victorias estrategicamente planeadas y descritas ante la prensa en Assen (Brno, Red Bull Ring, Thailandia bla bla bla en la segunda mitad del campeonato os váis a cagar) a decir que lo que hay que hacer es descartar el 2019 y pensar en 2020 o más allá una vez que Petrucci ha renovado, bloqueando la moto a talentos emergentes como Miller o, quien sabe, Quartararo o Álex Márquez o cualquiera que no sea sumiso y no le siga el rollo en Ducati, porque fuera de Ducati, como ya he dicho, creo que tenemos claro cual puede ser el futuro de Dovi.
Quizá seamos ya demasiados opinando sobre lo mismo como para tener dudas de qué ofreces y cómo marcas la diferencia, pero yo no culpo al ordenador de mis dudas, entre las que no están lo que estos ojos ven y han visto. Han visto suficientes declaraciones para saber que sólo hay dos pilotos honestos ante un micrófono, y esos son Jorge Lorenzo (otro que sí me creo si está dudando sobre dejarlo o no) y Valentino Rossi. Punto, no hay más, Dovi no entra en la lista, lo siento. Lo otro que veo es que la Ducati sí gira, lo hace mejor que nunca y aunque no resulte fácil meterla (porque nunca resulta fácil) lo cierto es que gira lo suficientemente bien como para que Petrucci te hiciera el adelantamiento más elegante y exquisito del año en Holanda (parecía que llevaba una Suzuki) o como para que Ducati pueda meter, en tiempos, en carrera, en entrenos o cuando sea a tres motos entre el top 6 de manera regular durante toda la temporada. Justo por estas dos cosas que uno ha visto no me creo nada de lo que diga Dovizioso que no pueda interpretar como una excusa a su bajo rendimiento, a que le ha podido la presión de ser el elegido, a que la duda es más fuerte que la voluntad. La duda, la terrible duda con su ridículo nombre de perrita rusa, el principio del fin de cualquier piloto, porque te hace perder tan sólo dos décimas por vuelta pero te aparta de la victoria aún siendo rápido como el viento y diferencia en sus decisiones a los pilotos ganadores, a los campeones, de los que no les importa hacer bulto aún a costa del prestigio de la casa que te paga.
No olviden vitaminarse ni mineralizarse. No olviden disfrutar sus vacaciones y calmar sus ánimos. Nos vemos tras el GP de la República Checa, la última vez que se correrá en el mágico Brno.