Previa Sachsenring: los Mappings del GP de Holanda
(Suggested) Mapping 8: Divorcio, falta de entendimiento, crisis interna… llamadlo como queráis pero lo que está pasando en Ducati no es más que una falta de liderazgo en pista por parte del supuesto líder de equipo. Entre tanto, los del equipo y el mismo supuesto líder del equipo que mareen la perdiz todo lo que quieran que toda la estrategia que llevan fabricando desde el momento que alguien en el equipo rojo decidió que su punta de lanza más económica e italiana fuera Andrea Dovizioso está resultando un gran fiasco porque Andrea Dovizioso no está a la altura de la apuesta. Que Danilo Petrucci airee tras el Gran Premio que no atacó a Dovi por no tener la reonovación clara no es más que una decisión tan inteligente como la de querer mantener a Dovi al frente de este proyecto que ya se ha acabado.
Y no me malinterpreten, el proyecto Ducati no se ha acabado a nivel técnico, no se ha acabado el equipo, no se ha acabado la competitividad de las Ducati y no se han acabado las motos rojas en los puestos delanteros: lo que se ha acabado es el proyecto de hacer a Dovizioso campeón toda vez que el italiano lo ha tenido todo a su favor para poder luchar por el campeonato, leáse, un equipo entregado, una gran moto y la promesa de un compañero de equipo que no te molestará lo más mínimo y al que no haya que pedirle, que sugerirle, que utilice el Mapping 8 para dejar pasar a un impotente Dovizioso que, desde aquí desde mi casa, simplemente parece vencido por la presión del objetivo que el equipo y los propios resultados de 2017 y 18 le obligan a obtener en 2019. Y aquí es cuando empezamos a quejarnos de la moto, a pedir tranquilidad a Petrucci, a pedir confianza a la prensa, a prometer resultados en Brno y Austria dónde nos prometen competitividad y victorias. Y esto ya lo hemos visto muchas veces en el pasado, el «os váis a cagar en la segunda mitad del campeonato» nunca, repito, nunca ha funcionado y por suerte o por desgracia, pruebas hay a las que remitirse si se quiere. Mientras tanto, la imagen que Ducati está dejando al mundo es un tanto discutible, como discutible es el resultadismo al que juega todo este equipo si Dovizioso no está a la altura del juego actual, un jeugo en el que a diferencia del juego de pasadas temporadas, ya no vale ser subcampeón. Vaya papelón, qué largo se les puede hacer el año en el box rojo y cómo necesitan cambiar su política deportiva y de fichajes repleta de promesas pasadas y de promesas para el futuro, pero ninguna en el presente.
Mapping 5: por un lado es una ventaja, por otro lado es una putada. De repente necesitar gafas de cerca para poder escribir sin que te entre dolor de cabeza te hace sentir cebolleta, poder contar historietas de carreras de hace 30 años te hace un cebolleta, pero también encontramos la ventaja de haber perdido aún la memoria y acordarnos de todos aquellos talentazos que se quedaron por el camino por creer tener el derecho divino a barrer en pista mientras el resto de pilotos tienen la obligación sagrada de apartarse a su paso. Me viene el caso del Faubel vs. Talmacsi, me viene a la memoria la irregularidad de John Kocinski con la Cagiva de 500 (del que Roberts dijo que era incapaz de hacer más que tercero porque él mismo se limitaba), me viene la peor época de Max Biaggi sobre la Honda oficial, la espantada de Viñales en aquel GP de Malasia dejando la moto en el suelo de la parrilla, me viene casi cualquier carrera en la que haya participado y participe Romano Fenati y me viene a la mente la actitud de Dovizioso en 2019, pidiéndole a su compañero de equipo que se relaje en plena rueda de prensa por no nombrar otras ruedas de prensa de las que no quiero acordarme.
Y me viene a la cabeza, porca miseria, que quizá estemos asistiendo al nacimiento de uno de esos talentos en los que el derecho divino a ganar pueda traer fustración, la fustración lleve al miedo a no tener resultados, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento, el sufrimiento al lado oscuro de una promesa deportiva que nunca se cumple y de ahí al olvido qué poquito queda. Porque si algo ha quedado claro en Assen es que a Jaume Masiá le están inculcando, pero bien inculcado, que el resto de pilotos son una molestia, (ya sabéis, gilipollas y subnormales según Jose Manuel Ruíz, jefe técnico del Bester Dubai) y que ellos lo están haciendo todo bien.
Espero equivocarme, pero aquellos a los que les importe la carrera deportiva de Masiá y no tengan obligación de ser Campeones del Mundo este año deberían pararse a pensar si quieren un piloto fustrado por la falta de resultados y que, por indicación del equipo, culpa a los pilotos que también habitan en la pista en vez de encontrar la manera de clasificarse bien de una puta vez. Porque hay pilotos que consiguen clasificarse bien aún con gilipollas y subnormales en pista, y a los que además, no se les para la moto preparada por un equipo que exige, al menos en otras categorias, las mayores aportaciones de presupuesto de toda la parrilla.
Mapping 12: sencillita y al pie: ojalá sea cierto que Maverick Viñales se ha adaptado por fin a la Yamaha poniendo por su parte lo que no había terminado de poner en las dos temporadas y media precedentes, pero la estadística y las características de Assen, carente de fuertes aceleraciones ni de fuertes frenadas en las que poner la moto en crisis (y aún así, como acertadamente puso Lucio López sobre la mesa Maverick tuvo problemas cuando frenaba al límite) invitan a la cautela de este cebolleta que empieza a haber visto más carreras que quizá el espectador medio y se cree con derecho a opinar. Repito en bucle, ojalá sea cierto y lo celebremos.
Mapping 12 bis: y Thomas Luthi, a lo Dovizioso, líder de Moto2. ¿Por qué? Pues porque ha sumado más puntos que nadie. Y aunque no nos guste, aunque nos guste más que los pilotos ganen carreras y hagan adelantamientos, a veces se trata de eso. Claro que como dijimos al principio, lo de «os vais a cagar en la segunda mitad del campeonato» no funciona nunca.
Mapping 44: y el que me tiene perdido es Arón Canet, que nunca parece estar, luego está, mantiene el liderato y no gracias a que la de Assen fuera una gran actuación sino a la piedra picada en los anteriores Grandes Premios. La tradicional falta de velocidad punta en las motos de Canet (fueran Honda o KTM como es el caso) nunca debería ser un handicap en una categoría que tiene más que cogida por la mano y en la que uno se empeña en creer que goza de pocos pilotos más listos que Canet encima de la moto. Un resultado que me deja muy frío y que contrasta con la más que demostrada solidez de Lorenzo Dalla Porta y repentina explosión de Toni Arbolino. Hay que ponerse las pilas desde el primero al último, y si es cierto que la KTM de Moto3 no parece tan veloz como la Honda, es su turno de atención en Mattighofen visto que en Moto2 ya han resuelto muchos de los problemas de Brad Binder y de Jorge Martín a juzgar por su rendimiento en Assen.
Mapping 40: Fantástico Augusto Fernández, una actuación con el único y mínimo pero del incidente con Xavi Vierge que por fín venía desatado con su espectacular pilotaje de contrapesos y contrafuerzas en las primeras plazas del pelotón. El año avanza y los pilotos se van haciendo a las nuevas condiciones de la categoría. Quizá sea tiempo de soñar con un podio formado por Fernández, Vierge y Jorge Navarro, que no tuvo su día en Assen, sería algo así como la rebelión de los humildes y los puteados. La caída de Alex Márquez y Lorenzo Baldasarri (un error mutuo de puerta abierta hueco al que entro) da un poco de color a este campeonato que tenía pinta de volverse monocolor, pero bueno, la situación actual de la general debería ser un tanto espejismo y nada que no se revierta en dos Grandes Premios. Lo que no debería ser espejismo es la posición de Augusto, que está en su segundo año completo en la categoría y viniendo de una fuerte lesión. Augusto es y será un gran piloto hasta el día que sea campeón. Mimbres hay.
Antes que me olvide, qué bonito ver a las dos Suzuki liderar la carrera de MotoGP, ¿verdad?. Una lástima la caída de Rins. Supongo que en el caso de Rins, más de un aspirante al podio final estará pensado «en la segunda mitad del campeonato me voy a cagar».
Mapping 20: y le doy el mapping a Fabio Quartararo cuando lo que quiero decir es Mapping 99, Mapping 46, Mapping 9 ó Mapping 04, 21, 43 o cualquier dorsal que tuviera más o menos clara su trayectoria de este año y el próximo y le estén surgiendo dudas. La irupción de Fabio en MotoGP es junto la del desaparecido Johann Zarco lo más bestia que ha visto la categoría en la última decada si quitamos a Marc Márquez, ese piloto del que ya no sabes qué vas a decir salvo lo que su «Honda expansiva» pueda llevar al resto de pilotos. Una «Honda expansiva» a la que se le está sumando la de Quartararo y, esperemos que no, el interés que me suscita comprobar si en los casos de Valentino Rossi y Jorge Lorenzo estamos en los albores de un click inverso por el que pasas de ir más rápido que nadie con facilidad a no saber cómo hacerlo y a plantearte cosas una vez que además te caes sin saber por qué, te haces daño o se lo haces a otros. Y quien crea que estas cábalas que estoy haciendo no se las hace, por ejemplo, Petrucci, por supuesto Morbidelli (al que no le valdrá de mucho tener un gran padrino con el rendimiento demostrado por Quartararo) o cualquiera que esté en una moto oficial y su nombre no sea objeto de cejas levantadas y dudas de rendimiento. Vamos, lo que vienen a ser todos los pilotos oficiales «ganadores» menos Marc Márquez y Alex Rins.
No sé si me he explicado.
No olviden vitaminarse ni mineralizarse, nos vemos tras el Gran Premio de Alemania.