La fiesta de Martín, Bagnaia y… Rossi: Los Mappings del Gran Premio de Malasia.
Y qué bonita es la moto del Campeón con el dorsal del Campeón.
Mapping 88.1: vaya si lo consiguió y de qué manera. El poco poder profetizante que pudiéramos tener los sospechosos habituales de @MotoRaceNation quedó bien retratado cuando, por hablado o por escrito, dejamos bien claro que Jorge Martín no sería Campeón en Malasia por motor, por nervios, por solidez del rival o por lo que fuera que a cada uno se nos pasara por la cabeza. Martín nos enseñó en Sepang todo lo que nos pudimos, o no supimos, o simplemente no mostró, en el resto de la gira asiática (lesión al margen), con muchos nervios y agresividad injustificada, en Malasia abrió ese frasco de las esencias que diferencias a los grandes pilotos de los campeones, esa sangre fría para mantener la posición cuando te sabes mejor y dejar pasar las vueltas hasta que llega el momento pactado de atacar. El abajo firmante afirmó por pasiva y por activa reiteradas dudas sobre el rendimiento de Martín, y aunque parece que vaya buscando una entrevista que ni quiero ni necesito (porque se puede no necesitar una entrevista, guiño guiño), en la carrera que debía hacerlo, Martín ha exorcizado cualquier duda que hubiera levantado en determinados momentos de la temporada para desequilibrar a su favor la balanza de deméritos ajenos y méritos propios que han definido el Mundial de Moto3 2018, una cualidad que forma parte del aura que da brillo a los campeones.
Con éste, el Gresini Racing se convierte en el equipo privado en activo más laureado con tres títulos mundiales, Kato en 250, Elías en Moto2, tres subcampeonatos en MotoGP (dos de Sete y uno de Melandri) y el primer Título Mundial de un Ganador de la Red Bull Rookies Cup (ale, una maldición menos que vender). Una temporada atípica, con muchos errores y deméritos en el total de la parrilla, pero al final, una carrera que vale un Campeonato del Mundo, el de Jorge Martín.
Mapping 42.1: mucho más esperado era que Pecco Bagnaia consiguiera “su” título de Campeón del Mundo de Moto2 en Sepang, un título que aúna el sólido pilotaje y méritos propios de Pecco con la irregularidad de los rivales. Ya sabíamos que Bagnaia era un talentazo, es un piloto que ha llegado al mundial a base de ganar y ganar a pilotos estrella en las contadas oportunidades que pudo costearse en distintos equipos (su paso por el Monlau en el CEV fue sangrante para el resto de pilotos de la estructura) y que, al igual que Martín, utilizó el Aspar Team con aquella broma llamada Mahindra para entrar en el Mundial y dejar nuevamente muestras de su talentazo sobre la moto. Un trabajo propio que ha encontrado cénit en la VR46 Academy, a la que llegó aprendido. Bagnaia será, probablemente, el único acierto deportivo que Ducati ha cometido en 2018 proporcionándole una MotoGP para 2019, algo que despertaba las dudas sobre su rendimiento en la presente temporada (sí sí, ahora me levantáis la ceja y tal, pero comparad los rendimientos de “qué fue de” Joan Mir antes y después de haber fichado con Suzuki para 2019). Un rendimiento in crescendo con plaza en MotoGP que en los últimos quince años sólo Pedrosa, Lorenzo, Barberá (aunque parezca mentira) y Zarco han demostrado.
Mapping 46: ha llegado ese momento en el que sencillamente no me creo nada de lo que nos están contando de Yamaha. La desidia e inoperancia de los japoneses, la falta de apoyo al Tech3, que si la IMU no me come, que si los otros me comen más… Igual es que ahora Sepang es un circuito Yamaha y lo de los últimos años ha sido para despistar , o igual es que en Yamaha han estado trabajando a destajo y nos han mostrado esa vena italiana de jugar al despiste técnico que tan bien sabía jugar el Jeremy Burgess pre electrónica (dios qué viejo estoy). No sé, pero la exhibición del GP de Malasia requiere de una gran moto en bloque, para oficiales y satélites, una moto que ha recibido desarrollo y sobre la que se ha estado trabajando y que permitiera a sus pilotos brillar. Según Rossi han mejorado mucho en electrónica a nivel de software (empiezan a amortizarse los últimos fichajes técnicos) y les falta algo a nivel de hardware. Un hardware regulado por un nuevo reglamento para 2019, a falta de Dal’Igna u Honda le encuentre la envolvente a la parabólica, y que coloca a Yamaha al nivel, o a un nivel cercano al resto de constructores de cara al 2019.
Y luego hay que demostrar en una pista “no Yamaha” que la moto va bene, y es cuando ese Jordi Hurtado de las motos, ese cabrón llamado Valentino Rossi llama a la puerta. La caída es lo de menos si miramos el global de la temporada. Yamaha encuentra el camino, Yamaha mejora su moto, llegamos a un circuito desfavorable, ahí está Rossi para poner el resto desde la salida hasta el final. Sin reivindicaciones en rueda de prensa, sin lloriqueos sobre favoritismos, sin reclamar la atención de su equipo y marca, consiguiendo que el mundo gira la cabeza hacia él y se le dediquen más artículos y titulares (¿he sido yo?) a su caída en Sepang que a una victoria en Australia de Viñales. Demostrando quien es el número 1 de Yamaha y quien lo será, por poder mediático, por pilotaje, por entrega, por determinación, por adaptación, por compromiso y por ausencia de declaraciones oportunistas. Cuánto debería estar aprendiendo Viñales.
Mapping 5: ojalá KTM esté a la altura de Johann Zarco en 2019. No hay más preguntas, señoría.
Mapping 10: si un piloto consiguiera meterse en el top ten regularmente en su segundo año de Moto2 y al tercero consiguiera, de menos a más durante la temporada, su primera pole y cinco podios incluyendo una victoria, estaríamos hablando de una progresión muy poco habitual, y sobre todo, muy sólida. Algo que no está al alcance de muchos por medios, y creo que estamos todos de acuerdo que sin medios no se llega, pero está al alcance de pocos por madurez y capacidad de trabajo, capacidad de abstracción y mantenerse al margen de apellidos. Cada vez me resulta más difícil identificar a Luca Marini en el universo VR46, y cada vez me veo más atraído por un deportista que está creciendo exponencialmente en Moto2 dejando al margen si es el hermanísimo o no, entre otras cosas porque está retratando a media parrilla de Moto2. Y ahora ya ha saltado el resorte, ha saltado el click de las victorias (como parece que le ha saltado a Albert Arenas en Moto3), y menuda victoria la de Sepang. Me gusta mucho la progresión de Marini.
Mapping 12: si hay pilotos que por lo que están sufriendo y les va a tocar sufrir en MotoGP van a tener la oportunidad de aprender, crecer y fortalecerse como pocos hasta que decidan renovar por Yamaha o buscar otro equipo (no sé si me habéis pillado), el que debe haber crecido y haberse fortalecido como pocos es Marco Bezzechi. En el Mundial de los errores, de los ceros y de los pilotos que me tiran en la última vuelta, Marco ha sido el que más ha crecido y el único que ha puesto tantas o más ganas de ganar el Mundial que Martín. Detalles como que Rodrigo, sustituto de Martín en el Gresini Racing el próximo año, se lo llevara puesto en Tailandia han decidido el 2018 (si me siento es para ser conspiranoico, oiga). Bezzechi merecía ganar este Mundial tanto como Martín, y ojito con él, porque esta “derrota” parece de las de las que te hacen más fuerte.
Mapping 42: si hace falta una buena moto para estar delante, también hace falta un tipo que la meta en el podio. La simbiosis entre Alex Rins y la Suzuki debería ser una de las lecturas a destacar del GP de Malasia. En manos de Rins, la bonita moto azul acelera y tracciona como la que más, es ágil en los cambios de giro como para permitir que Alex haga ese adelantamiento “sin querer queriendo” que le ha caracterizado desde que cogiera la Moto2 y parece de largo la moto más estable en las frenadas. Insisto, en manos de Rins. En Hamamatsu tienen motivos para estar orgullosos de su moto, de su equipo y su piloto Rins, enhorabuena a todos ellos, ojalá ganen en Valencia.
En Aprilia deben estar deseando que llegue Andrea Iannone para que les indique cómo hacer una moto como la Suzuki, ¿verdad?
Mapping 73: que Joan Mir desapareciera relativamente tras un balsámico podio en Australia no me resulta extraño, cuando llevas años viendo motos hay patrones que se repiten y para mi, el de Mir en 2018 es el ejemplo del piloto que está pensando en el año que viene, lo cual es normal, rebanarse la cabeza por corregir errores en una categoría en la que no vas a competir puede que no tenga lógica. Luego están los campeones como Bagnaia pero bueno, eso es otro cuento. Y otro cuento es el de Alex Márquez, que no se encuentra en carrera. Si bien está mejorando en las clasificaciones y entrenos (pole en Sepang) en carrera sigue sin encontrar el camino. Que los Dunlop son muy duros y tal, vale, que el gen Márquez de aprender y no olvidar está un poco difuso, también. Alex nunca tuvo la capacidad de adaptación de Marc (bueno, espera, ¿¿alguien la tiene??) pero como Marini este año es un piloto que aprende y evoluciona a cada carrera. ¿Qué ocurre este año, dónde se quedó la evolución de Alex? Puede que la evolución de Bagnaia y el Sky Racing haya sido tal que esté eclipsando al resto (ahogando lo que KTM prometía el pasado año por estas fechas). El 2019 nos traerá respuestas a estas cuestiones, entre las que esperamos las confirmaciones de Iker Lecuona, Augusto Fernández (ojo con este tío que se lo está creyendo) y la explosión de Xavi Vierge.
Mapping 26: quinto, igualando su mejor resultado del año. No sé qué escribir del futuro MotoGP Legend Dani Pedrosa. Salvo que todos los hándicaps que está teniendo este año los ha tenido siempre.
Mapping 93: ah sí, Marc Márquez ha vuelto a ganar, y le ha dado a Honda el título de constructores prácticamente en solitario. A éste no hace falta prometerle el MotoGP Legend.
Mapping 19: si la temporada 2018 ha tenido, de cara al aficionado freak que discute de MotoGP en un taller de motos mientras ojea stickers, un claro supervillano, gato en mano, malvado, avaro, calvo, con necesidad de protagonismo y un superplan en el que no ganar sabrá a victoria, ése ha sido Domenicali. Y el super héroe, guapo, inesperado, constante y que le ha vencido ha sido Álvaro Bautista. De vuelta a su Ducati de segunda mano en Sepang, no ha podido enmascarar lo bueno que es, volviendo a meterse en un utópico ton ten (y van…) y retratando a todos los pilotos de Ducati que permanecerán en Ducati MotoGP. Tal ha sido la victoria de Álvaro sobre Ducati que en Italia le piden para sustituir a Danilo Petrucci en 2019. Ojalá brille y se le valore en SuperBikes lo que no se le ha valorado en MotoGP, dónde competirán Petrucci, Quartararo, Syahrin, Abraham… En ausencia de Jorge Lorenzo, Bautista está siendo esta nota de color que va animando el final de temporada de MotoGP que, por cierto, igual se está haciendo un poquito larga. Al menos para mí.
No olviden vitaminarse ni mineralizarse. Nos vemos tras la carrera de Cheste. Si van a Valencia, tengan cuidado ahí fuera.