La Feria del Vehículo de Ocasión: los Mappings del Gran Premio de Australia
Mapping 25: tenía que ser en Australia, ese circuito en el que todos sabemos ya que no es necesaria ni una gran aceleración, tracción ni estabilidad en la frenada para brillar, ese circuito de dejar correr la moto (como se nos decía antes y para qué vas a explicar más cosas en la retransmisión) en el que se diluyen las desventajas acumuladas en el transcurso del año y los pilotos aprovechan para lucir su saber hacer y los vendetitulares de siempre utilizan para contar resurrecciones y muertes a base de desinformar. Justamente en Philip Island, ese circuito que gusta a todos los pilotos menos a Dani Pedrosa, fue el lugar en el que Maverick Viñales (que en su forma de ser imparable cuando lo tiene todo en su sitio cada vez se parece más a Pedrosa) le devolvió a Yamaha la victoria 25 GGPP después. Lo cierto es que por mucho que el circuito fuera capaz de tapar las vergüenzas de las Yamaha y favoreciera a sus pilotos (y si no fijaos el carrerón que se estaba marcando Hafizh Syahrin antes de abandonar) al final hay que pilotar y llevar la moto más rápido que nadie, y eso fue lo que hizo Viñales para no ya vencer, sino machacar a sus rivales tras una pésima salida en Phillip Island. Quizá esta victoria pueda entenderse como una reivindicación puntual del piloto en la lucha por ser el primer piloto de Yamaha (cosa que no parece que en el equipo haga gracia y que la verdad sea dicha, cuando vienen verdes Maverick tampoco se gana) o quizá pueda entenderse como una reacción técnica de Yamaha. Como ya pasó en el espejismo de Tailandia, con el naufragio del Stop and Go Motegi después, tras la brillante victoria de Australia llega el complicado Sepang. Pero eso será, como dice Lacave, dentro de un siglo.
La cuadragésimo novena victoria de una Yamaha cuidada por Ramón Forcada (de quien Viñales prescindirá en 2019, igual por cosas como ésta las celebraciones en el corralito no fueron especialmente vistosas) puede ser el maquillaje que Yamaha necesita para resistir el empujón hasta llegar a una pretemporada 2019 a la que llegarán con esa técnica tan latina de esperar a que a los demás les vaya tan mal como a uno mismo (lo que sigue es cosecha del abajo firmante): con el control sobre las de repente famosas IMU (de las que el añorado Giorgio Manziana venía hablando en sus lecciónes magistrales sobre la técnica de las Ducati desde la llegada de Dal’Igna a Ducati, de las que se sabía que Honda estaba estudiando la manera de «preprocesar» los datos desde los sensores para enviarlos a la ECU y así con todos los que han querido coger ese carro para que ahora nos tiremos convenientemente de los pelos al grito de «trampa, trampa» en curiosa coincidencia temporal con el control de Dorna sobre las IMU para 2019), bueno, que con el control de las IMU muy probablemente tanto Honda como Ducati, y quién sabe si Suzuki, perderán parte de la ventaja que han adquirido sobre las Yamaha, o dicho de otra forma, la aparente pasividad de Yamaha en el desarrollo de su prototipos encontrará como premio la desaparición de la desventaja sobre sus rivales y, en consecuencia, la renovada competitividad de sus pilotos. Lo que viene siendo el inicio de la Feria del Vehículo de Ocasión, limpiame la moto bien y ténsale la cadena a ver si la vendemos.
Una Feria a la que Rossi, que ya nos tiene acostumbrado a que le roben la cartera en Philip Island, no se unió, en la que Zarco puso el susto y que gracias a que un inconmesurable Viñales lo encontró todo en su sitio (Pedrosa style) tuvo su guinda a la espera de que los demás involucionen al nivel de Yamaha.
Mapping 29: el que sí se esperaba que ofreciera su particular Feria de Ocasión era Andrea Iannone, que invariablemente desde 2015 viene mostrando su mejor pilotaje en Philip Island (tan bueno como el que ofrecía en Moto2). Como hiciera Viñales, aprovechó para sacar pecho y mostrar un discurso con el que vislumbrar a algún despistado que no haya seguido toda la irregular temporada que ha ofrecido, mandando recados a la prensa y afición que olvidan los resultados y declaraciones más olvidables. Terminando el paralelismo entre pilotos, volver a maravillarme de la transformación que sufren algunos pilotos según la pista que pisan. Lo de Iannone en Australia es hasta más bestia que lo de Aleix Espargaró en Motorland (un Aleix con un meritorio top ten aprovechando las «bondades» que la pista ofrece a los que, como Viñales o Iannone, le echan pelotas en ella y que abre el debate sobre la determinación mostrada en otras pistas). Sin ánimo de ser agorero, quizá en Australia hayamos asistido al último podio de un pilotazo al que el entorno MotoGP le ha venido grande. Con su futuro inmediato en Aprilia (lo que parece garantizar falta de resultados y el pozo del olvido que conlleva) y la constante llegada de pilotos muy jóvenes a MotoGP quizá Andrea se vea, como le pasó a Hayden, atrapado en ese universo paralelo de motos diseñadas para no ser competitivas en MotoGP en el que es díficil brillar.
Voy a ir un poco rapidito que me estoy torrando.
Mapping 75: vaya locura y vaya espectáculo la carrera de Moto3 en Australia. A diferencia de lo que pudierámos ver en Buriram o al inicio de temporada no se vio (o al menos no aprecié) las inconsciencias adrenalíticas que han marcado muchas de las carreras de esta temporada. Y sí, mucho riesgo no sé sabe hasta dónde medido, pero al menos no vimos a Darryn Binder hacer el salvaje como en otras ocasiones (algo que sí vimos hacer incomprensiblemente a Jorge Martín en las últimas vueltas, unos riesgos infantiles, peligrosos, innecesarios, a punto de llevarse puestos a un par de rivales, muy impropio de alguien con un bagaje que que se le supone a Martín y que no demostró). Y no me malinterpreten, no me gusta ver caer a pilotos pero vive Dios qué bonitas son las baterias de motos pequeñas llegando a una apurada de frenada cuando los pilotos que entran en ella saben lo que hacen, al menos aparentemente. De los posibles catorce candidatos a la victoria en la última vuelta, Albert Arenas se llevó el gato al agua y su segunda victoria que esta vez sí pudo celebrar en la línea de meta.
Mapping 31: probablemente dar la posibilidad de que el chaval del número 31 le sustituya es lo mejor que Niccolo Bulega le ha ofrecido a su equipo este año. Celestino Vietti sube al podio en su segunda carrera. De locos y todo lo que queráis, pero en el podio peleándose con gente que ya lleva unos cuantos años en el mundial y en unas posiciones en las que no vimos a muchos nombres de los que se suponen debían pelear por la victoria. Poco más que decir, que vamos a quedarnos con este nombre.
Mapping 40: nombramos a Augusto Fernández por ser el último en llegar, pero qué bonito, pero qué bonito volver a ver en Australia a lo que debiera ser la armada española de Moto2 dando el callo y dejándose ver delante, llegando a liderar en el caso de Xavi Vierge, a Iker Lecuona peleando por una plaza de podio, al mismo Augusto queriendo subir al cajón, A Joan Mir por fin pilotando en los puestos que le llevamos esperando desde que se supo que subiría a MotoGP, a Alex Márquez superando el susto del sábado con pérdida de memoria incluída… me encantó por segunda carrera consecutiva ver a todos estos chavales ahí delante porque estas cosas ya no son casualidad. Como tampoco lo es que Lorenzo Baldasarri suba al podio ni que Brad Binder, al que como nos contó Lucio en @MotoRaceNation llevan esperando en KTM desde pretemporada. Por cierto, en Moto2 pudimos ver un ejemplo de lo díficil que es llegar a ganar un Campeonato del Mundo y cómo se agarran a él los pilotos cuando tienen un mínimo de consciencia, eso que Martín no tuvo en las últimas vueltas de Moto3: Pecco Bagnaia, que practicamente lo tiene hecho, no pudo o no supo mostrar ese halo brillante que sólo los campeones tienen y que lleva paseando toda la temporada por Moto2, limitándose a controlar a un Miguel Oliveira que con su pobre actuación de Australia practicamente se autodescarta salvo debacle de Bagnaia (qué rabia que Miguel no haya llegado al final). Qué díficil es ser Campeón del Mundo que hasta los mejores tienen miedo a perderlo cuando lo tocan con la punta de los dedos.
Mapping 12: a estas alturas del año, Marco Bezzechi defiende con solidez el liderato en la lucha por el premio «Me ha mirado un tuerto» 2018 al piloto con peor suerte. Marco puede haber perdido 50 de los últimos 75 puntos disputados por culpa de terceros pilotos que pasaban por allí y se lo han llevado puesto. Injusto, muy injusto, creo que Marco está pilotando a mucho más nivel que Martín en este tramo de temporada.
Mapping HVlVaV: o lo que es lo mismo, Ha Venido la Virgen a Vernos. No sé si en el espeluznante incidente entre Johann Zarco (qué lástima, estabámos viendo otra vez a «ese» Zarco que tanto nos gusta…) y Marc Márquez VII alguien se equivocó o si simplemente se trata de un lance de carrera. En cualquiera de los casos hay que celebrar que cuando un tipo se cae de la moto a casi 300 (o a casi 250, lo mismo me da) y simplemente termine con marcas en el mono es para celebrarlo sin más. Desde luego dos elementos que podrían haber supuesto la fiesta de las fiestas en la carrera de MotoGP, y la constatación de que fuera de Crutchlow y Márquez Honda no tiene quien defienda sus colores este 2019. Quizás, quizás, hay pilotos que cuando deciden retirarse no deberían apurar la temporada.
Y con esto, y teniendo en cuenta que es lunes por la noche, no sé muy bien qué más reseñar del GP de Australia.
Ay sí, qué tonto, se me olvidaba…
Mapping 19: que Australia es esa Feria del Vehículo de Ocasión dónde las motos con desventaja se vienen arriba es algo que ya sabemos, que por muy buena que sea una moto hay que tener la calidad para meterla entre las más rápidas y la determinación de conseguirlo, también lo sabemos, que la capacidad de adaptarse a los cambios es una de las grandes cualidades de un piloto top también lo sabemos, y que el que no viera todas esas circunstancias en la figura de Álvaro Bautista durante el GP de Australia es que está ciego independientemente de lo mucho o poco que sepa de este deporte. Álvaro dejó en evidencia que la Ducati GP18 (by Luigi Dal’Igna) es la mejor MotoGP que nunca haya salido (y quien sabe si saldrá) de la factoria Ducati y es la moto que la misma Ducati ha tratado como un Vehículo de Ocasión vendiendolo barato a un piloto sin garantías en 2019, aquel que Álvaro dejó en evidencia que alguno de sus pilotos de este año, y hablo de Danilo Petrucci, el económico piloto elegido para sustituir a Lorenzo en 2019, que viendo lo visto está muy por debajo, pero mucho, del nivel de esta moto. Álvaro dejó en evidencia que el mayor argumento de Andrea Dovizioso es la moto que pilota, Álvaro dejó en evidencia que es un piloto top que en tan sólo dos días es capaz de estar al nível de la élite de MotoGP con una moto con la que no está familiarizado. Álvaro dejó en evidencia que no todos los que están delante son capaces de sobreponerse a las limitaciones de su moto salvo cuando la pista les favorece. Álvaro nos recordó su calidad, nos ha hecho pensar sobre su periplo en MotoGP y nos ha dado (aún más) motivos para seguir las SBK en 2019. Álvaro los ha retratado a todos, a los que fichan, a los que contratan, a los que reparten las motos y a los que venden que en este Mundial sólo los mejores llevan las mejores motos.
Álvaro Bautista ha sido lo mejor del GP de Australia. En Sepang podría haber sido sustituido por Pirro en el Angel Nieto Team y seguir corriendo con la moto de Lorenzo, pero que Jorge Lorenzo le haya sacado los colores a la gestión deportiva del equipo Ducati ya es suficiente como para que también lo haga Alvarito, que aprovechó la feria y, sobre todo, la ocasión.
No olviden vitaminarse ni mineralizarse, nos vemos tras el GP de Malasia.