WorldSBK Brno: A Cámara Lenta
Vaya fin de semana. Casi sin moverme de casa he visto casi de todo. Por ver, hasta he visto cómo Manuel Ruíz de Lopera, “Don Manué”, juraba el cargo de Ministro mientras soltaba un discurso sobre el Betis… Por ver, he visto de nuevo a Rafa Nadal ganando Roland Garros, el mes de Junio tan atípico que estamos teniendo y la cantidad de papeles que tenía acumulados. También he visto a gente que reclama que el dinero se invierta en sanidad; en realidad, lo que se busca es que el dinero se invierta en lo que se debe invertir y no que tanto chorizo se lo lleve calentito y después si te vi no me acuerdo.
Entre tanto ver, he visto algo inaudito y desgraciadamente no me refiero a los mangantes; eso es demasiado frecuente como para tratarlo como “rareza”. He visto a un piloto aplaudir a su compañero de equipo, pero en dos boxes diferentes, me explico. Tras la aplastante victoria de Rea en la primera manga, la segunda apuntaba a que podría ser una repetición, pero no fue así. Las salidas con parrilla invertida hace que los pilotos de la tercera línea salgan despendolados y en un ánimo de recuperar lo más rápido posible a veces se cometen fallos. Precisamente eso le ocurrió al Campeón del Mundo, que andaba en apretar todo lo que podía para que las Yamaha no se escaparan y en una de esas se equivocó, modificando la trazada. Al volver a la “línea buena” se encontró con otro piloto, su compañero de equipo Sykes y el encuentro terminó pronto, como diría la canción “pechito con pechito” y Rea mordiendo el polvo. A la vuelta siguiente, aplaudía desde el vial al paso de Sykes, un gesto claramente irónico. El “pifostio” no terminó ahí, puesto que más tarde Sykes también se iba al suelo, como si Rea le hubiese echado una “mardisión gitana”. No quiero ni pensar en el ambiente que se está creando en el box de Kawa. Hay trabajo extra para Roda y los suyos.
En el otro extremo, Van der Mark aplaudía el resultado de su compañero de equipo Lowes. Este último conseguía la victoria que supone la primera en Superbikes y la segunda para Yamaha, además del primer doblete. Esto significa que tienen una buena moto, con la que ambos han conseguido ganar. El holandés aplaudía el resultado del británico en el corralito, lo que da muestras del buen ambiente que se vive en el equipo del Paul Denning.
Pero el campeonato está raro y gran parte de esa rareza viene dada por Ducati. Ver los problemas de todos los pilotos en Donington y comprobar que Forés sigue con ellos en Brno, con Rinaldi rompiendo motor y los de fábrica fuera de lo que se espera de ese equipo y esos pilotos es realmente extraño. Y ya que hablamos de extrañezas, no me deja de parecer extraña la insistencia de Teledeporte (ya salió…) por señalar a Rinaldi como la revolución del WSBK. Es comentario recurrente y la verdad, no es que sea mal piloto, pero como para enfatizar reiteradamente que es la “revolución” de la categoría, me parece que tampoco. Tampoco entiendo cómo se puede confundir sistemáticamente a Morais con West, hasta el punto de afirmar que el cronometraje estaba mal; como el chiste “todos llevan el paso cambiado menos mi niño”… en fin. West hizo un aceptable séptimo puesto, de lo mejor que ha hecho West en mucho tiempo, pero que se me antoja corto para una marca que ha optado a todo hasta que Kenan se ha retirado. Probablemente está compitiendo en la copa Kawa, esa que debe determinar qué pilotos serán los que marquen la pauta en el desarrollo de la moto del año que viene, o a lo mejor es que ni siquiera hay apoyo oficial el año que viene, pues las 600 son rarezas en las listas de ventas y las miras están puestas en otras cilindradas.
Mientras tanto, Cluzel y Cortese nos lo hicieron pasar a lo grande, con de Rosa a un pasito de poder meter un pié en la lucha y con Mahias y Krummenacher un tanto dispersos. La categoría está abierta, tanto que propicia que pilotos nuevos, como Gradinger o Lahti, con su Suzuki, se metan en el top ten. A otro que le ha sentado bien el fin de semana ha sido a Kyle Smith, que montado en la Honda de Tuuli se ha marcado un octavo; no es que sea para tirar cohetes, pero no deja de ser la primera Honda clasificada.
En cualquier caso, por ver cosas, como decía al principio, he visto y comprobado que la categoría del WSSP300 tiene mucho trabajo por hacer. Los cambios de reglamento son constantes, modificando esta semana la suma de peso piloto+moto (en superbikes se les dieron 250 rpm a BMW y MV) Digo que tiene mucho trabajo por hacer porque no es de recibo que un par de fines de semana un piloto gane “de gorra” y la superioridad de Kawasaki sea total y al siguiente sea una Yamaha la que lo haga a manos de un piloto indonesio. Ojo, no estoy hablando de calidades, ¿eh?, que al contrario de lo que pueda parecer, siempre he sostenido que aquí hay muchísima calidad de pilotos; basta ver la carrera que se marcaron Manu González (hasta que la moto rompió), María Herrera, soberbia y peleando muy, muy fuerte y dejando ver claramente la calidad que atesora, Dani Valle, al que le sigue faltando un pelo más para estar delante, Ana, Loureiro, Deroue, etc…
Admirable la actuación de Borja Sánchez, que con su tercer puesto se coloca segundo del mundial y para el que una situación que lo llevaba fuera del mundial se ha tornado en la posibilidad de proclamarse campeón. Tremendamente agresivo, no tuvo opción de pelear por la segunda plaza por la repentina bandera roja, que marcó inesperadamente posiciones que bien podrían haber sido otras, especialmente para María Herrera, que daba muestras de tenerlo muy claro a pesar de perder en las rectas lo que ganaba en zona mixta. Y una pena lo sucedido con Mika Pérez. El susto que nos llevamos al ver la caída el sábado en la SP1 fue enorme. La ausencia de noticias durante todo el día fue un tanto desesperante, hasta comprobar en el perfil del propio piloto que todo estaba en orden pese a ser declarado no apto para salir al día siguiente.
Me queda la sensación de haber visto demasiados pilotos en esta categoría. No sé si se debiera poner algún tipo de filtro para acceder a ella, especialmente por el peligro que supone en entrenamientos. El potencial de la categoría es enorme y las carreras emocionantísimas, pero los entrenamientos se convierten en una especie de ratonera donde las probabilidades de tener problemas son demasiado altas. Estoy convencido de que todos tienen todos los fines de semana problemas y ya es lo suficientemente peligroso este deporte como para incrementarlo innecesariamente. Está bien ir ajustando el reglamento a nivel técnico, se puede comprender, pero al mismo tiempo estaría bien poner un poco de cordura en los filtros usados para aceptar licencias, porque no todo es dinero.