MotoGP y la crisis del Imperio
Para que quede claro desde la primera línea, todo lo que sigue es fruto de la calenturienta mente de un afortunado aficionado al motociclismo que tiene la suerte de poder firmar entradas en esta web y de haberlas firmado en otras. Una historia de ciencia ficción que no quise corriera el riesgo de verse axfisiada por la resaca de un GP. Comienza así:
«Llamadme Winston Smith.
Cuando hace 25 o 26 años Dorna desembarcó como promotor del Mundial de Velocidad, hemos de decir que Dorna era necesaria. La sombra de la crisis volando en círculos por encima del Campeonato del Mundo era muy muy patente en lo económico. Si bien deportivamente las mal llamadas categorías «pequeñas» gozaban de diversidad de pilotos de nivel y marcas comprometidas (comprometidas de verdad) la categoría reina, los 500 cc gozaban de los últimos coletazos de su gran época dorada de los últimos, efectivamente, 25 años. Con la llegada de Dorna llegó, básicamente, la profesionalización de muchas facetas que aún no se gestionaban con la, valga la redundancia, profesionalización necesaria para que el Campeonato alcanzara las cotas que poco, muy poco después, alcanzara. Unas cotas que incluía macro equipos, muchas marcas implicadas y pilotazos de primer nivel en todas y cada una de las categorías.
El zénit, probablemente allá por entre 2006 y 2008, con una MotoGP con cuatro marcas japonesas implicadas, dos italianas, unos artesanos italianos intentando un interesante proyecto con motor Yamaha, Kenny Roberts haciendo motos junto con KTM y Honda y con ingenieros de la Fórmula 1 interesados en ese mundo como el estrepitoso fracaso de Mario Illien con su proyecto Illmor X3 (y sí, fue un fracaso, pero existía un Campeonato que llamaba la atención de constructores nuevos sin necesidad de tener que frenar el desarrollo de las motos). Y sin tabacaleras: una pasada de Campeonato y un orgullo para Dorna, la FIM… para todos.
Y MotoGP cobró consciencia de sí misma y se erigió como un ente autonómo, una Inteligencia Artificial regida por la lógica que nunca se equivoca. Llegaron las nuevas categorías de promoción, con una actual Moto2 que corre con motores de calle de una moto que ya ni siquiera se fabrica y que está muy bien valorada entre los pilotos de nacionalidad no española, no italiana y no inglesa, y con una Moto3 cuyo mayor interés es saber cuantos de sus pilotos tienen el mínimo interés de permanecer en esa categoría, y una MotoGP con el desarrollo y la investigación lastrados y ralentizados para que las marcas que no quieren o no pueden invertir recursos en competir puedan competir sin hacer el ridículo. Pueden vestirlo con las mejores y más delicadas sedas traidas desde oriente, pero éste no es ni de coña el Campeonato en alza que hace 10 años teníamos en nuestras pantallas.
El pasado GP de Catalunya supuso la gran prueba de fuego, el momento álgido de la nueva inteligencia artificial que consiguió probar su divina inmunidad probando que en aquella curva 11 nadie se equivocó ni exstió más resposabilidad que la de Luis Salom.
Sólo llevamos dos carreras de la presente edición y en el último de ellos, el GP de Argentina, se repitió el ridiculo que protagonizara el GP de Qatar con una cronología muy definida:
- Dirección de Carrera anuncia que penalizará con seis posiciones, seis, en la parrilla de salida a todos los pilotos que no prueben el compuesto más duro que ofrezca el proveedor de neumáticos (aka Michelin) durante al menos cinco vueltas en la primera jornada, unos neumáticos con la denominación #70 y, que de manera sorpresiva y por encima del reglamento, aparecerán sin previo aviso en la primera jornada de entrenos en Argentina. De esta manera se pretende solucionar los excesivos problemas de degradación de neumáticos que ocurrieron en 2016. La Inteligencia Artificial encuentra un culpable a la mala calidad de los neumáticos y amenaza con penalizarlos: los neumáticos se gastan por culpa de los pilotos. Dicen que así el proveedor (aka Michelin) pueda tener mucho interés en demostrar que es capaz de fabricar nuevas gomas en poco tiempo, pero si yo me llamara Winston Smith y no me tragara todo lo que me cuenta un ente a través de las pantallas, pensaría en por qué no se hicieron pruebas previas con este neumático #70 en esta pista con los pilotos probadores. Yo, Winston Smith, me atrevo a pensar que todo esto sucede bien por falta previsión, o falta voluntad o falta pasta para unas jornadas privadas para testar el asfalto. Desde luego, no es muy propio de un gran Campeonato Mundial. También pensaría que la Inteligencia Artificial Dorna (perdón, MotoGP) trata a su proveedor de neumáticos (aka Michelin) como a un cliente privilegiado que siempre tiene la razón desviando la culpa a los pilotos bajo amenaza de sanción.
- Hay una huelga general en Argentina y el neumático #70 no llega hasta el vienes por la noche. Los pilotos se niegan a utilizarlo, Michelin pide disculpas y el mismo organismo de carrera que amenaza a los pilotos con una sanción si no prueban ese neumático afirma el sábado por la mañana desconocer la existencia del #70. Nueva y hábilmente la Inteligencia Artificial se libra de cualquier responsabilidad. Dispersese Winston Smith, aquí no hay nada que ver.
- El IRTA, (aka Asociación de Equipos) pide perdón en un comunicado por los sucesos que atrasaron la salida del pasado GP de Qatar protagonizados por Dirección de Carrera. Nuevamente, la Inteligencia Artificial Dorna (perdón, MotoGP), encuentra un nuevo culpable que asuma lo que Dirección de Carrera no supo gestionar, los equipos que participan en el GP.
- En el mismo comunicado se puede leer textualmente que «Somos conscientes de que las imágenes televisivas de las conversaciones que tuvieron lugar entre comisarios y corredores en la cabecera de la parrilla de salida, transmitieron una imagen poco profesional a pesar de haber cumplido su cometido». Y por supuesto la Inteligencia Artifical Dorna (perdón, MotoGP) ha encontrado una nueva solución: vetar la presencia de cámaras de televisión cuando suceda un imprevisto tal. Nuevo culpables castigados, la televisión que paga y sustenta en gran parte la Inteligencia Artificial MotoGP (perdón, Dorna). Winston Smith se pregunta, so pensa de ser nebulizado, que pensarán los paganinis de Movistar o Sky TV.
Y yo, Winston Smith, con la ceja aún levantada, me pregunto qué necesidad puede tener un Imperio Fuerte, de cascos brillantes y enormes estrellas, de permitir (o fomentar) tales comunicados dentro del Imperio si no tuviera mucho que ocultar, como por ejemplo, una enorme crisis interna no se sabe si de liderazgo, de identidad o sencillamente económica. O simplemente el ego de haber cobrado consciencia de sí misma por encima del resto.»
Pero Winston Smith no existe ni Dorna es el Imperio que se ha desviado a oscuridad de la Fuerza, el Imperio del Mal, el que nunca tiene que admitir un error porque no es responsable de nada. ¿Verdad?