Decíamos ayer
Leí las noticias hace unos días, oh muchacho, y hablaban de varios hombres y sus marcas, cuando vi la fotografía no pude parar de reír: era Stoner haciendo una machada en Sepang. Todo lo que pude leer esos días me llenaba de orgullo y satisfacción, técnica, explicaciones, análisis de tiempos, incluso llegó a hablarse de aerodinámica como si de repente, la prensa tratara el motociclismo como lo que fue antaño, un deporte de competición técnica y humana en el que lo más importante de las carreras eran las carreras.
Leí las noticias ayer, oh muchacho, y hablaban de un hombre que alcanzó una marca, cuando vi la fotografía no pude parar de reír: era Marc Márquez en el New York Times, al que le dedicaban un artículo. Un artículo que hablaba de los logros propios de Marc Márquez en la pista, de sus títulos, de su pilotaje “desafiando la gravedad” y todo ello sin llegar a mencionar rivalidades extradeportivas con otros pilotos ni entre las aficiones de distintos pilotos como lo más importante de una carrera.
Me hicisteis por unos minutos, pedazo de amados cabrones, un poco abuelo cebolleta que le dio por recordar esos años en los que el motociclismo alcanzó cotas de popularidad impensables, a nivel nacional y mundial, en gran medida gracias a Valentino Rossi (que ganó el Laureus gracias a sus méritos deportivos….) y en una no tan gran medida a sus rivales que, salvo esa deidad australiana que como espectro aparece de vez en cuando para dejarnos blancos a todos, solían ser españoles. Y me sentí un poco más abuelo cebolleta cuando pensé “eran unas carreras fantásticas porque todos eran buenísimos…”, la coletilla que tanto odiaba de Angel Nieto y que finalmente he terminado por compartir.
Es una pena y cuesta recordar por qué alguien decidió apostar 20 Millones de euros al año para poder retransmitir las carreras en privado en un canal en el que sólo se emiten carreras de la presente temporada, entrenos, su redifusión, sus análisis, su redifusión, entrevistas a jóvenes promesas, a viejas, a técnicos, managers, al que trae los neumáticos… en fin, un canal de pago que sólo se dedica a retransmitir todos los contenidos que puedan extraerse de lo que ocurre en pista centrando la atención a lo que ocurre en pista a nivel humano y técnico. Cuesta recordar que era esto lo que acompañaba a los grandes pilotos que hicieron grande el motociclismo. Un deporte capaz de movilizar a 130000 personas aunque, mal que les pese a muchos, no haya ninguna pelea de por medio, sólo hay una, dos, tres y hasta cuatro fiestas al año en España en las que se celebra lo que he leído en las noticias estos días: motociclismo.
Me sentí extraño. Satisfecho. Con ganas de motociclismo. Y con ganas de volver a escribir porque de repente, lo más importante de las motos eran las motos y sus pilotos, no los desvaríos del redactor de turno que no ha pisado un circuito en su puta vida y que, como concluí el pasado año, se dedica a herir sensibilidades de aficiones porque es lo único que sabe escribir.
Hace unos días hable con Lucio, y Pipe conoce mi opinión, de que estoy cansado de hablar siempre de lo mismo, de lo pésimo que es el periodismo profesional que nos llega y lo que me ha costado escribir esta entrada compartida y que, por cierto, me enorgullece firmar porque al fin y al cabo no es más que una muestra de cómo nos las gastamos los moteros: juntitos disfrutando de la carretera.
Hace unos días pude haber escrito las líneas más tristes pero gracias a los entrenos de Sepang, gracias al New York Times, gracias al Laureus de Rossi y gracias a los recuerdos abuelo cebolleta entendí que no, que no estamos para escribir las líneas más tristes esta noche. Para esto ya están otros, están los que leerán este artículo para criticarlo con saña porque saben de sobra qué quiere decir: que no hablan de éste motociclismo que tanto se habla estos días porque están fuera de él. Estáis fuera del motociclismo y de su periodismo, porque no sabeis de qué hablar, no os enteráis de qué pasa y qué no y, efectivamente, hacéis noticias a partir de susceptibilidades cliqueadoras, no de hechos, estáis fuera del periodismo de las motos porque para vosotros lo más importante de una carrera no es la carrera en sí, sino como le joderá a la afición rival por twitter. Valiente manera de cubirir un deporte, valiente manera de decir lo que sea para no quedarse, sencillamente, olvidados por los que vamos a los circuitos, a aquellos que nos gusta cuando os ausentáis porque estáis como callados.
Leí las noticias hoy, oh muchacho, y ya no pude reír cuando vi el titular… lo más importante del proyecto Yamaha es que sus muchachos se llevan bien ahora, no como antes.
….decíamos ayer….
Artículo publicado conjuntamente con motorlunews.com