Con casi todas las plazas del Mundial de Superbike ocupadas, el British Superbike es siempre un buen campeonato al que acudir para mantenerse en el escaparate en un entorno altamente competitivo y, en ocasiones, con mayor repercusión mediática que el propio mundial.

Tres pilotos punteros del Mundial podrían disputar el certamen británico la próxima temporada, aunque para dos de ellos no supone novedad, al haber formado parte de la parrilla en el pasado.

Josh Brookes y Sylvain Guintoli son dos claras opciones. El australiano, ganador del campeonato en 2015, lo ha declarado en múltiples ocasiones desde el pasado verano, y ya habría probado la BMW del equipo Tyco en un test privado en Bishopcourt. El fichaje por el equipo de la familia Neill, con quienes ya disputó varias temporadas del BSB, permitiría a Brookes el retorno, también, a las Road Races, en principio la North West 200 y el TT de la Isla de Man.

Por su parte, Guintoli, Campeón del Mundo 2014, podría pilotar la nueva Suzuki GSX-R con el Hawk Racing, que cambiaría las BMW alemanas por las nuevas máquinas japonesas. Guintoli participó en el British en 2009 con el Crescent Suzuki de Paul Denning en una temporada marcada por una seria lesión. El Team Traction Control (Yamaha), también estaría interesado en sus servicios.

El francés aun tiene opciones de permanecer en el mundial, sondando como opciones Ioda Aprilia y MV Agusta.

El tercer piloto que pondría rumbo al Reino Unido sería Davide Giugliano, pretendido también por Tyco BMW, descontentos por no haber podido disputar el Showdown final con su plantilla actual (Iddon y Laverty). Giugliano estuvo en las quinielas para ser compañero de Shane Byrne en el equipo de Paul Bird como oficial Ducati, pero el propietario del equipo parece apostar por la joven promesa Glenn Irwin.

El italiano es uno de los pilotos que más noticias ha generado desde que se hizo pública su no continuidad en el equipo Ducati, habiéndose especulado su posible salto al Mundial de Moto2.