Quiero ser como Nadia Tronchoni
Desde acá, desde mi casa pude escuchar el silencio que inundaron las distintas redacciones de su país cuando el pasado 3 de mayo la prestigiosa Motorcycle News, con la autorizada y no menos prestigiosa firma de Simon Patterson lanzó al ciberespacio el que sería el bombazo del año, la llegada de Pedrosa a Yamaha. Todos estos lugares inundaron sus caras con una expresión que evidenciaba “cómo pudo escaparsénos” al tiempo que se sumaban al carro que otro comenzó para ser los primeros que, aún con cara de póker, daban credibilidad a la llegada de Pedrosa a Yamaha. Pero no sería éste el bombazo del año para esta no tan humilde becaria de pcmoto.net
Desde acá, desde mi casa pude escuchar cómo sus caras se volvían verdes y amarillas de puritita mezcla de envidia y odio cuando poco antes del mediodía (hora de acá) del 8 de mayo el prestigioso noticiario El País de la mano de la no menos prestigiosa y seria Nadia Tronchoni, anunciaba que el paso de Pedrosa a Yamaha ya estaba hecho. Fue divertido observar tomando un mate caliente antes de cenar cómo los distintos medios españoles se volvieron locos mientras retrasaban su hora de acostarse. Incluso hubo quien anunciaba por twitter que iría editando la misma entrada según se fueran sucediendo los acontecimientos (qué profesional, bonita forma de no dejar rastro si la noticia que parasitaba no resultaba correcta), aunque ya habrá tiempo de hablar de esto en la primera semana de junio.
Nadia Tronchoni los hizo temblar y de la misma manera les hizo revolverse como gatos amenazados contra Nadia, para proclamar a los cuatro vientos (pero con la boquita bien pequeñita, eso sí) que Nadia podría haberse equivocado mientras ninguno parecía haberse dado por enterado de la noticia que días antes fue portada en el Reino Unido. Y como un fusil de repetición, todos y cada uno de estos medios se hicieron eco del que sería el bombazo del año, acaso no fuera verdad y se quedaran fuera de la fiesta, y todos ellos lo hacían enarbolando una práctica que, desde que estoy desempeñando mi labor de documentalista en pcmoto.net, nunca pude observar. Y es que observar a periodistas citando su fuente sí que resulta, a día de hoy, un bombazo informativo. Esa fuente no fue ni más ni menos que Nadia Tronchoni. Quién sabe si el hecho de citar a Nadia como fuente responde a la sencilla existencia de una fuente tangible en vez del consabido “cuñado del primo del vecino de la limpiadora del box de un equipo wild card al que no podemos nombrar”, que como ustedes saben, es el tipo que todo lo sabe, que todo lo cuenta y del que nadie desconfia, pues se encuentra presente en todas las negociaciones.
Durante la festividad de San Isidro Labrador, también conocido como 15 de mayo, la misma Nadia Tronchoni publicaba que finalmente sería Maverick Viñales quien competirá con Yamaha el próximo año, en un exquisito y conciso artículo en el que no sólo explicaba los pormenores de los contratos de Viñales con Suzuki y sus consecuencias, sino que además, y éste sí es el bombazo del año, un periodista español reconocía haberse equivocado.
Cuando me levanté el 16 de mayo, HRC ya había anunciado la renovación de Dani Pedrosa y cuando investigué la prensa española todos, todos los medios comenzaron la noticia desmientiendo el artículo que la capaz Tronchoni escribiera días antes dándole más importancia al error de Nadia Tronchoni que al mismo hecho de la renovación. Furia Latina desatada, ansias de hacer leña del prestigio de otros para tapar con la que tapar la ausencia de prestigio propio.
Es inútil, dejen de esforzarse futuros colegas de la prensa deportiva, la capaz Tronchoni ya les ganó en profesionalidad, elegancia y saber estar reconociendo su error (sin duda promovido por las mismas fuentes que informaron a MCN y a saber con qué motivación) mientras el resto sólo ha sabido aprovechar los rebufos para subirse o bajarse del tren dependiendo del viento dominante.
Y ojito, que esta historia no pretende igualar a Nadia Tronchoni con Beatrix Kiddo frente a los 88 maníacos. Sólo pretende hacer constar que, cuando yo deje de ser becaria, quiero ser como Nadia Tronchoni, tan profesional como para no avergonzarme de mis errores, tan profesional como para no tener necesidad de editar mis entradas, tan profesional como para que mis errores sean las noticias que otros publican.