WorldSBK Assen: A Cámara Lenta
Llevo fatal lo de no tener tiempo. Puede que sea que no lo administro bien, pero últimamente no me da la vida para nada. El trabajo lo primero, por supuesto, pero es que cada vez ocupa más horas durante el día y cuando llega la hora de hacer «para mí», queda nada para ir a la cama y en un estado lamentable, tanto que articular palabras es un ejercicio de equilibrismo.
Algo he de cambiar, he de tomar decisiones, pero sin prisas, pues no son buenas consejeras. Errar cuando apremia el tiempo es de lo más usual. En mi trabajo dedico bastante tiempo a pensar. Hay quien piensa que dedicar tiempo a pensar es un error, una pérdida de tiempo, pero los resultados, a la larga, son mucho más acertados, no digo mejores, pero sí que el porcentaje de aciertos es mayor. Planificar, observar, analizar… todo con el objetivo de lograr buenos resultados. ¿Y por qué digo esto? Pues porque a nuestro querido amigo Sykes le ha pasado algo parecido este fin de semana. La sensación que da es que necesita demostrar que puede ser tan rápido o más que cualquiera, recuperando un dominio que antes de llegar Rea era casi completamente suyo. En los entrenamientos ha sido de lejos el más rápido y parecía que lo tenía todo bien claro, pero no le bastaba con eso, debía demostrar que en carrera no tenía rival, tal y como -su compañero ha demostrado durante 2015. Pero las ansias por demostrar, el hacer sin pensar, el demostrar… no sé qué, le llevó al suelo. Sykes es un piloto muy rápido, solo necesita recuperar la confianza, pero sin aspavientos, cuando pueda y cuando no, toca guardar la ropa y conseguir el mejor resultado posible. Las prisas le llevaron a caer en una manga que, puede que sí, puede que no, era suya, por tiempos en entrenamientos, básicamente. Pero actuar sin pensar es lo que tiene y ahí llegó su tremendo arrastrón. Afortunadamente sin consecuencias y permitiéndole conseguir el segundo puesto en la segunda manga. ¿Quién ganó? ¿Hace falta que lo diga?…
El que no piensa y de momento le sale bien es Van der Mark. Jaleado por su gente y sin nada que perder, está dejando huella y pese a la caída, las acciones más espectaculares son suyas. Ha sido una gozada ver que la categoría empieza a ser lo que era, carreras emocionantes con pelea constante; se echaba de menos. Pero han sido los cuartos los que más me han llamado la atención. En la primera manga, quien aprovechó las caídas y fallos mecánicos del resto, sumando una ejemplar actuación, fue Leon Camier con su MV Augusta. ¿Cosa de un día?… no lo sé, pero sí sé que a la mayoría de nosotros nos gusta ver a esa moto y ese piloto arriba. En la segunda manga, Savadori puso a la Aprilia justito después del cajón. ¿No quedamos en que estaban ya desahuciadas? Pues parece que no y me da que sus apariciones van a ser más frecuentes de lo que parece, porque las Yamaha y las BMW son incógnitas, capaces de lo mejor y de lo peor. Visto lo visto, Kawa y Ducati son las más punteras, con las Honda cerquita a pesar de los años y después el resto. Ahora que sale Ducati, menos mal que Davies está pila perdido, es el único capaz de hacer pupa a los chicos verdes y le saca un buen rendimiento a su moto; esperemos que siga así de fuerte por el bien de todos.
En cuanto a las Supersport, si de por sí la categoría ya es «peleona», con la carrera que se presentó en Assen aún más. Una prueba «a dos mangas» dejó evidencias de lo que puede cambiar una carrera en cuestión de minutos. Lo que no cambia es el rey indiscutible de la categoría, Sofuoglu. Sean cual sean las circunstancias, el turco sabe adaptarse y buscarse su sitio. La maniobra que hizo a su compañero de equipo ralló lo «ya nos vemos después en el box», pero es innegable que, carácter aparte, es el principal candidato. Otro que debe aplicarse el mismo cuento que Sykes es Jacobsen. Dos caídas fuertes en las que pudo haberse hecho mucho daño son el resultado de lo que pudiera haber sido un podium seguro. De todo se aprende, ¿no?… ya sé, no se aprende, al menos yo…
Con la sorpresa de Stapleford y su Triumph en el grupo de tres formado en cabeza, llegó la interrupción justo antes de la caída del norteamericano. Las nuevas condiciones ofrecieron una carrera diferente, pero en ninguna de ellas brillaron especialmente las MV. Con los pilotos de fábrica y muchos de los privados en puestos para nada destacados, esta vez le ha tocado a Gino Rea defender los colores de la moto italiana. Muy bien por Kyle Smith, que ha conseguido su segunda victoria en la categoría y primera de este año. Le deseamos más suerte a partir de ahora.
Ahora toca pensar en Italia. Pensar, pensar, pensar…