Que gane Thomas Luthi un Gran Premio siempre es una buena noticia. Es un gran piloto, el outsider que siempre está ahí, el que cada año sube unas cuantas veces al pódium y siempre entra en todas las quinielas pero parece que no acaba de explotar.

Es un tipo curioso. No suele estar cuando se le espera, y no se le espera cuando está. Hoy, en Le Mans, Luthi ha ganado el Gran Premio de Francia de Moto2. Con el cambio de la Suter por la Kalex, el suizo tal vez pueda pelear por un título que persigue desde el nacimiento de Moto2.

Luthi se ha escapado de un trío de favoritos que formaba junto a Zarco y Rabat en la quinta vuelta, ha impuesto un ritmo fuerte y ha gestionado sus dos segundos de ventaja para llegar a meta con tranquilidad.

De la lucha por la victoria se borró desde la salida Álex Rins, a quien su punto débil atacó el día de su primera pole. Pasó noveno tras la primera vuelta, recuperó posiciones hasta llegar al grupo que peleaba por la quinta, junto a Salom, Morbidelli y Julián Simón, pero a tres para el final, el aragonés se fue al suelo. Se levantó y entró 17º en meta. Poco después era su compañero Salom el que caía tras tocar a Morbidelli. El mallorquín sacó su lado más macarra para recriminar la acción del italiano quien, vistas las imágenes, no pareció tener la culpa del incidente.

Finalmente, Rabat pudo ser segundo tras superar a Zarco, con Sam Lowes en cuarta posición y un brillante Julián Simón en la sexta, por detrás de Morbidelli. Axel Pons consiguió la decimoquinta posición y el último punto en juego.

Zarco sigue liderando la clasificación general con 88 puntos, 21 más que Luthi, mientras Folger continua tercero.  Tito Rabat es sexto con 57.