La lluvia deslució lo que estaba siendo una gran carrera de Superbikes en el circuito de Assen. Una carrera en grupo, con hasta diez pilotos implicados en el grupo de cabeza se vio paralizado por la aparición de la lluvia a nueve vueltas del final.

Tom Sykes asumió el mando de la carrera desde la salida, seguido por Melandri y Rea en plazas de pódium.

Checa, Haslam, Smrz, Laverty, Davies o Guintoli contactaron con el grupo de cabeza formado por hasta diez pilotos.

Sykes rompió el motor de su Kawasaki que comenzó a soltar humo que el piloto no vio, generando una situación de incertidumbre, ya que el británico no fue consciente hasta que fue avisado por sus rivales, momento en el que Sykes abandonó.

Apareció la lluvia y varios pilotos fueron al suelo, momento en el que dirección de carrera mostró la bandera roja.

La carrera se retomó a nueve vueltas con la parrilla según el orden de carrera bajo un inmenso aguacero.

La lotería de la lluvia llevó al suelo a Haslam, Rea, Hopkins o Davies. Carlos Checa lideraba la prueba a cuatro vueltas del final, pero decidió no asumir riesgos cuando fue rebasado por un valiente Badovini que acabó por los suelos pocas curvas después.

El catalán también fue rebasado por Guintolí y su compañero Giugliano, entrando tercero en meta completando un pódium formado íntegramente por Ducati.

El francés Guintolí venció de este modo su primera prueba en el Campeonato del Mundo de Superbikes.